Luis Mariano Martín engaged in conversation near his property in the Sierra de Gata, Spain

El impacto en la economía rural de un incendio forestal

Los habitantes de la España rural buscan oportunidades económicas en la prevención de incendios forestales

ATIZANDO LAS LLAMAS 

Superficie quemada estimada y número de incendios en España entre 2006 y 2023. Graph: EFFIS.
Fernando Pulido (izq.) señala un mapa que muestra incendios forestales históricos en la Sierra de Gata, Extremadura, España.

Hay incendios forestales porque no hay economía local y hay abandono del campo.

Fernando Pulido

Cuando la población rural hace las maletas y abandona la zona, se lleva consigo trabajos tradicionales como el pastoreo de ganado, la agricultura y el cultivo de árboles, que alguna vez dieron forma a los bosques de la Sierra de Gata en un paisaje de mosaico. En su ausencia, se han instalado vastas extensiones de pinos, creando franjas ininterrumpidas de bosque y convirtiendo la región en un polvorín propicio para un incendio fuera de control. 

“Hay incendios porque no hay economía local y hay abandono del campo”, afirma Fernando Pulido, catedrático de Ciencias Forestales y conservación de la Universidad de Extremadura (UEX) y rostro conocido en la Sierra de Gata por sus trabajos sobre prevención de incendios forestales. “Hay un cambio social, hay una despoblación. La gente de aquí se está yendo a las ciudades y eso nos deja una vegetación, un bosque que no controlamos y que genera incendios demasiado grandes”, añade en una entrevista con REVOLVE.

Local authorities take part in a field visit to discuss wildfire prevention methods.
Las autoridades locales participan en una visita de campo para discutir métodos de prevención de incendios forestales. Foto: Jake Threadgould/REVOLVE

SISTEMA MOSAICO 

Como parte del Proyecto RESIST, Pulido y otros socios locales en la Sierra de Gata trabajan para implementar estrategias que mitiguen el riesgo de incendios forestales y ofrezcan oportunidades económicas que mantengan a las comunidades locales en el área. 

“Creemos que podemos convertir la prevención de incendios forestales en una oportunidad si la enfocamos de forma participativa con las partes interesadas locales”, dice Pulido. “Si reactivamos la gestión económica sostenible del campo, haremos una buena contribución a la prevención de los incendios forestales. Es atacar a los incendios desde la raíz”. 

Una forma de lograrlo es creando redes profesionales entre personas que ya trabajan en la tierra para amplificar su impacto en el bosque. Otra se está demostrando con un estudio de caso que despejará 10 hectáreas de bosque en una zona de alto riesgo de incendio (en concreto, la zona que se quemó en mayo de 2023) para establecer una plantación de castaños. Esta prueba piloto se financiará a través del proyecto RESIST, lo que significa que las asociaciones locales no tendrán que hacer frente a ningún coste directo.

Pine forests cover the landscape in the Sierra de Gata, Extremadura, Spain.
Los bosques de pinos cubren el paisaje de la Sierra de Gata, Extremadura, España. Foto: Jake Threadgould/REVOLVE

“Si nosotros generamos discontinuidades en esas masas forestales a las cuales llamamos cortafuegos productivos pues entonces detenemos el incendio o hacemos que sea más pequeño y menos catastrófico”, dice Pulido, y ofrece ejemplos de actividades tradicionales como el pastoreo de cabras y el cultivo de árboles. Ambas gestionan las extensiones de bosque reduciendo la densidad de árboles. La actividad humana o animal entre los árboles también ayuda a mantener la maleza y los matorrales bajos. Combinados, estos efectos en el bosque hacen que sea más difícil que las llamas se propaguen a través de las copas de los árboles y el suelo forestal. 

No hay nada nuevo en el sistema de mosaicos de la Sierra de Gata. De hecho, marca el regreso de un sistema rural que alguna vez prevaleció en la región. El truco consiste en hacerlo económicamente viable.

Javier Calzada, a resin-tapper, prepares his materials at his pine grove in the Sierra de Gata, Extremadura, Spain.
Javier Calzada, resinero, prepara sus materiales en su pinar en la Sierra de Gata, Extremadura, España. Foto: Jake Threadgould/REVOLVE

APROVECHAR EL TALENTO RURAL 

Una persona que intenta hacer esto es Javier Calzada, un joven de la Sierra de Gata de poco más de 20 años que se ha dedicado a la extracción de resina, aprovechando los amplios pinares de la región. La resina que extrae se vende para múltiples usos industriales, en particular para fabricar cápsulas de pastillas médicas. 

“Empecé con ello porque me gusta mucho la naturaleza, me gusta trabajar al aire libre y, sobre todo, porque me pongo mis propias reglas”, cuenta a REVOLVE en una entrevista en su parcela de pinos resineros. 

Calzada explica que la resina de los árboles es más fácil de extraer cuando las temperaturas superan los 27 °C , lo que significa que la mayor parte del proceso se realiza en verano. Pero los preparativos comienzan en febrero, cuando comienza a hacer pequeños cortes en la corteza de la base de sus árboles, debajo de los cuales coloca un embudo y un pequeño cubo negro para recoger la resina.

El resinero es un vigilante permanente del bosque porque no le interesa que se queme su fuente de ingresos.

Fernando Pulido

Como trabajador autónomo, afirma que las fluctuaciones de los precios en el mercado de la resina y la precariedad económica pueden dificultar el trabajo, pero reconoce la existencia de ayudas económicas de las autoridades locales. Al elegir ser resinero, Calzada puede trabajar cerca de su ciudad natal y al mismo tiempo devolver un servicio a su comunidad local para prevenir los incendios forestales. 

“El caso de los resineros es un ejemplo interesante de cortafuegos productivos”, afirma Pulido. “Si están los resineros hay dos beneficios. En primer lugar, que ellos están moviéndose por allí continuamente y eliminan los arbustos y la vegetación. Es como si hubiera un rebaño de cabras allí dentro. Pero, sobre todo, el resinero es, además, un vigilante permanente del bosque porque no le interesa que se queme su fuente de ingresos. Y ese doble efecto de limpieza de vegetación y de vigilancia es el que nos interesa del resinero”. 

Javier Calzada during an interview at his pine grove in Extremadura, Spain.
Javier Calzada durante una entrevista en su pinar en Extremadura, España. Photo: Jake Threadgould/REVOLVE
A resin bucket at the bottom of a pine tree in Extremadura, Spain.
Un cubo de resina al pie de un pino en Extremadura, España.
Photo: Jake Threadgould/REVOLVE

CONOCIMIENTO COMPARTIDO 

Los esfuerzos por reactivar la economía local en la Sierra de Gata están generando conocimiento que pueden ser de utilidad para otras zonas despobladas de la España rural y de otros lugares. A principios de abril, los socios en el proyecto de las regiones del centro de Portugal y Extremadura participaron en una visita de campo de dos días en estos territorios fronterizos, para conocer algunos de los desafíos climáticos compartidos que se abordan en el proyecto. Una vez validadas, las soluciones probadas en estas regiones se compartirán con otros participantes en el proyecto en toda Europa. 

Pero el impacto de estas soluciones se sentirá más cerca de casa para los vecinos de la Sierra de Gata, muchos de los cuales participan en las actividades del proyecto como cocreadores y beneficiarios. Dotar a las personas de las herramientas y recursos para ganarse la vida determinará en última instancia el paisaje de la España rural.